Lo cierto, es que Francia no fue más que un guiñol en manos de la verdadera titiritera de la Eurocopa: España. Los nuestros hicieron una primera parte de escándalo, con una posesión de balón y un dominio en todos los aspectos del juego increíble y el fruto de esto no tardó en llegar. Jordi Alba, tras un gran pase de Iniesta, puso un balón al segundo palo, y Xabi Alonso, "El Centenario", cabeceó picado al segundo palo, donde Lloris no podía llegar. Había llegado el primer gol, y el panorama no cambió nada. Seguimos dominando, aunque nos costaba mucho terminar las jugadas, cosa que los franceses hacían siempre. La banda de Ribéry fue la que más problemas nos causó, y aún así no fueron muchos.
Benzemá no tuvo su día y además, se encontró con una defensa soberbia.
La segunda parte no me gustó mucho. España ya se veía triunfadora, pero nada está nunca dicho, y ahí del Bosque introdujo cambios. Entraron Pedro y Torres. El Niño, como casi siempre, estuvo ausente, estático, no luchó por ningún balón, y se metía en fuera de juego constantemente. Por otra parte, Pedro, fue un acierto total. Revolucionó el partido con cada balón que tocó. Suya fue la jugada que supondría el 2-0 en el minuto 90. Cuando intentaba revolverse en el área, le hicieron penalti, que podría haber sido el segundo del partido si el colegiado hubiese señalado uno más claro al principio del encuentro. El encargado de ejecutarlo fue Xabi Alonso, que engañó a Lloris y puso el segundo tanto español en el marcador.
En definitiva, gran partido de la Roja y cura de humildad para los franceses que nos tenían una envidia insana y que no cesaban de demostrar con sus guiñoles del Canal+ francés. Ahora toca pensar en Portugal, que en el último amistoso nos metió cuatro goles, y nosotros fuimos incapaces de meter uno.
¡¡¡VAMOS ESPAÑA!!!
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